8,9 puntos, 2,5 asistencias, 1,7 robos y 2,2 faltas recibidas en 30 minutos por encuentro. Esos son los números tras 20 encuentros de temporada 20/21 que acumula Marina Lizarazu con Quesos el Pastor.
A sus 26 años recién cumplidos, y todavía con mucho baloncesto que dar, la base de Torrejón de Ardoz vuelve por sus fueros. Era lo que buscaba la playmaker madrileña fichando este curso por el equipo en el que mejor ha rendido en la LFEndesa hasta ahora en su carrera, que no es otro que Zamarat, que pelea por salir de los puestos bajos de la tabla (apenas tres triunfos hasta la fecha) pero con la madrileña siendo de las mejores de su equipo hasta la fecha.
La carrera de Marina Lizarazu hasta ahora
Debutante en la máxima categoría siendo todavía una adolescente (en la temporada 2011/2012, con Rivas Ecópolis), Marina Lizarazu se marchó a la NCAA sabiendo ya lo que era el baloncesto de alto nivel. Y es que durante dos campañas consecutivas (11/12 y 12/13) tuvo minutos en la máxima división nacional en el conjunto ripense (7 el primer año y más de 13 el segundo, siendo todavía junior).
Una espectacular proyección que la llevó hasta Estados Unidos, donde completó su ciclo universitario jugando además a gran nivel, con canastas ganadoras incluidas por ejemplo en su etapa en IONA State.
Marina Lizarazu with the game-winner for @IonaWBB!!! #ICWBB #MAACHoops #ClutchGene pic.twitter.com/raNW1tWKFF
— Iona Athletics (@ICGaels) February 23, 2017
A su vuelta, su actual equipo, Quesos El Pastor, fue su primer club, donde dejó en la 17/18 espectaculares registros: 11,8 puntos, 3,1 rebotes, 3,1 asistencias, casi 4 faltas (3,8) recibidas por encuentro y por encima del 40% en tiros de dos puntos.
Su rendimiento no pasó desapercibido por aquel entonces para Valencia Basket, que la llamó a filas para ser partícipe de su desembarco en la Liga Femenina Endesa. Sin embargo, una grave lesión de rodilla antes de debutar oficialmente frenó su progresión, que ha hecho que Marina Lizarazu haya tenido que reinventarse. Y sobre todo, tener mucha paciencia. Dos años después de romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, volvió con Valencia Basket, con el que jugó unos pocos encuentros antes de fichar por Cadí La Seu en enero de la pasada campaña.
Con el equipo de Bernat Canut empezó a coger de nuevo sensaciones como jugadora Marina Lizarazu hasta que el confinamiento obligó a detener la competición. La baja de Roselis Silva en Quesos el Pastor provocó la llegada de la base a Zamora, donde parece que va recuperando su alegría en el juego. Haciéndolo como lo está haciendo, Quesos El Pastor tiene un auténtico filón en sus filas. No en vano, hablamos de una jugadora que sabe incluso lo que es competir a lo grande en categorías de formación: tiene cinco medallas internacionales con la FEB en su etapa formativa.
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