Cristina Ouviña.
Sensacional producción y temporada de la maña en su regreso a la LFEndesa. Un gran nivel que no es novedad este curso viendo lo que viene haciendo estos años y que la ha valido para ser MVP Nacional de la competición. 7,5 puntos, 3,6 rebotes, 4,5 asistencias y 11,1 de valoración que confirma lo que es, a buen seguro, una fija para Mondelo y opta a ser base titular en Eurobasket y JJOO. ¿Conoces todo sobre ella? Puedes descubrirlo ahora.
5 cosas que quizás no sabes de ella
– El bache deportivo más complicado la llegó de joven. Siendo aún júnior, Cristina Ouviña ya había debutado en la Liga Femenina en su tierra. Corría la temporada 2006-2007 y empezaba a despuntar, pero todo se torció de repente. Jugando el Campeonato de España de su categoría con Stadium Casablanca, la base se rompió los ligamentos cruzados y el menisco de su rodilla derecha.
Una grave lesión que sin embargo no le impidió volver al año siguiente habiendo superado ese duro percance y disputar incluso el Europeo Sub-18 con España, una cita que se había perdido justo un año antes por ese complicado momento.
– La mejor base de la primera medalla Mundial de una selección femenina. Antes de que en 2010 comenzara el primero de los tres podios consecutivos en Copas del Mundo que lleva la selección absoluta, España ya había conseguido una medalla mundial. Fue en la cita de Tailandia de 2009 con el combinado Sub-19. Ese conjunto, que tenía a Marta Xargay en sus filas, también contaba con Cristina Ouviña. Y lo hacía con un extraordinario rendimiento.
No en vano, la de Zaragoza fue elegida en el cinco ideal del torneo, como la mejor playmaker del campeonato, promediando 9 puntos, 2,6 rebotes y 2,1 asistencias en 23,4 minutos. Su equipo llegó a la final, en la que cayó con Estados Unidos por 87-71. Eso ocurrió un 2 de agosto. Pero es que poco antes (el día 19 de julio) ya se había colgado una medalla de plata continental jugando con una generación mayor. Fue en el Europeo Sub-20 de Gdynia (Polonia), perdiendo ante Francia la cita por el oro (52-74) pero teniendo España en Ouviña a su mejor jugadora en la final con 17 puntos.
– Por primera vez en España desde 2012. La temporada 2008-2009 fue la última de Cristina Ouviña en nuestro país. Ese curso, jugando con María Pina o Queralt Casas, con las que ahora vuelve a compartir vestuario, se salió promediando 8,4 puntos, 5,1 rebotes 3 asistencias, 2 robos y 11,4 de valoración en Casablanca jugando en la Liga Femenina Endesa.
Un espectacular brillo que le abrió las puertas del Wisla de Cracovia polaco, en el que estuvo cuatro años (de 2012 a 2016). El Nadezhda ruso (2016-2017), el Tango Bourges Basket francés (de 2017 a 2019) y esta última temporada en el Praga han sido sus equipos antes de regresar a nuestro país. Lo ha hecho jugando siempre la Euroliga y ganando dos ligas (una en Polonia y otra en Francia) además de una Copa en el país galo.
– El día en el que derribó la puerta con la Selección España. Cristina Ouviña ha estado cinco años sin competir en una competición internacional con el combinado nacional. El Mundial de Tenerife 2018, con el bronce que conquistó el conjunto de Lucas Mondelo, vio regresar a una jugadora que se hizo fija con su gran nivel mundialista y el espectacular Eurobasket que cuajó en plena madurez de su carrera el verano pasado. Pero hay más.
En concreto, un 28 de junio de 2013. Esa fecha, España consiguió la gesta de dejar fuera de la gran final del Eurobasket a la todopoderosa Serbia poniendo miras al segundo oro europeo de su historia. Lo hizo con la inesperada aparición de la base de Zaragoza, que hasta ese momento sólo había jugado 20 minutos en todo el torneo. Sin embargo, en la semi, hizo esto.
19 puntos
4 rebotes
4 asistencias
1 robos
8/10 en tiros de campo (3/3 en triples)
Todo ello en 26 minutos en la cancha. “A nivel individual no esperaba algo así, pero tenía que aprovechar la oportunidad. He podido ayudar al equipo, que es lo que quería”, llegó a decir en palabras que recogió la FEB. Un 88-69 que empezó a vislumbrar todo lo que venía en ese campeonato (y en los años posteriores) y en los que Cristina Ouviña puso una de las primeras piedras sin haber cumplido aún los 23 años.
– El elefante. Detrás de todo gran jugador hay siempre una manía o ritual que le acompaña. Y el de Ouviña es un elefante. Ella misma lo revela, citando a una compañera en su segundo curso en el Wisla a la que la encantaban dichos animales. Pues bien, al terminar esa campaña, a Ouviña esta compañera la regaló un colgante de este majestuoso ser vivo y la contó, en una nota, la suerte que dan los elefantes con la trompa hacia arriba. Desde que lo lleva no parece, ni mucho menos, que le haya ido mal. Veremos qué fortuna le trae en su nueva etapa en el Valencia Basket.
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