No. No van a ver, si buscan en el apartado estadístico, a Mariona Ortiz en ninguno de los más altos guarismos en lo anotador de esta última y recién acabada Copa de la Reina.
De hecho, los guarismos en puntos de la jugadora nacida en Calella son, si miramos lo tangible, realmente bajos. En total, 3,3 tantos de promedio, y un irregular 57,1% en tiros libres. Tras sumar 2 tantos en 1/4 contra Kutxabank Araski, las sensaciones ofensivas no eran del todo productivas en la primera parte contra Valencia Basket, que arrancó a pleno motor, y con la sensación de que la playmaker tenía que asumir más lanzamientos.
Pero ahí, sólo estábamos hablando, como decíamos, de lo tangible. En lo intangible, se puede asegurar que estamos ante la mejor jugadora de toda esta Copa de la Reina, en discusión con la segunda parte en la final, y en defensa, de Gracia Alonso de Armiño. Sin necesidad de sumar en lo anotador demasiado, la base, recién llegada este año a Casademont Zaragoza, (y que estuvo un lustro jugando entre Bélgica y Polonia), ha puesto por fin el foco que su talento y capacidad de juego aseguraban que podía llegar a alcanzar.
Sin anotar... pero haciendo de todo
Pero hay más. Dejemos de lado la anotación (2 puntos contra Araski, 7 contra Valencia Basket y 1 frente a Perfumerías Avenida). En los demás apartados del juego, Mariona Ortiz ha estado a este nivel.
Máxima asistente del torneo (5,3, mejor que su media de la temporada, 4,6)
Tercera máxima reboteadora de la Copa (7,7, con 9 en la final, en LF está en 4,4)
Top5 en faltas recibidas (5ª, con 4, el doble que en la campaña)
Top5 en valoración nacional (4ª, 10,7, por debajo de sus promedios, 11,6)
Por tanto, la base titular de Casademont Zaragoza ha sido un auténtico puntal, (ya con la inercia del curso, manteniendo e incluso mejorando sus prestaciones), y sobre el que se ha cimentado el conjunto de Carlos Cantero para un éxito sin parangón. El preparador llegó a la Liga Femenina Endesa como primer técnico hace sólo 3 años, y basó su crecimiento como entrenador, y el éxito de siempre estar en torneos coperos desde su llegada, en un trío estelar.
Un triángulo basado en Vega Gimeno, (con la que aún continúa y a la que conoció, como cuenta Luis Vallejo, hace más de una década), el poder interior de Merrit Hempe, que comenzó el curso en Zaragoza pero puso rumbo a USK Praga para jugar la Euroliga en noviembre, aunque después se marchó a Turquía), y la dirección de Aleksandra Stanacev. Todo ello le sirvió a Cantero para poner sus primeras semillas como técnico de gran nivel.
Su primer año en Zaragoza, a gran nivel
Pero, esta campaña, tras un primer curso en Casademont Zaragoza en el que quizás lo que más demandaba era la mejora en el puesto de 1 (Anna Cruz, Bettencourt y Lara González eran las directoras de juego, esta última sigue en Zaragoza), Carlos ha encontrado a su continuación en la cancha.
Y eso que el nivel de Carmen Grande está siendo muy alto en el que es también su primer curso de momento en Zaragoza. Brillante Copa de la Reina en sensaciones de la base madrileña dando descanso a Mariona, pareciendo mucho más hecha como jugadora que aquella que llegó con otro rol a la máxima categoría procedente de Estados Unidos para jugar primero en Movistar Estudiantes, y luego en BAXI Ferrol.
El desparpajo de Grande se complementa a la perfección con la experiencia, y el saber estar, de Mariona. En plena madurez baloncestística, la catalana ha mostrado un nivel de liderazgo en pista con sus compañeras celestial. La final que se marcó la que fue el año pasado jugadora de Movistar Estudiantes para dar a Casademont su primer título copero fue absolutamente mágica. Lo hizo, como decíamos anteriormente, sin necesidad de anotar, pero iniciando siempre los sistemas con un timing perfecto, corrigiendo en cada acción al resto de sus compañeras con discursos siempre positivos, y asumiendo cuando a su equipo peor le iba.
Por ejemplo, en una penetración con Perfumerías Avenida en pleno auge en el marcador a la vuelta de los vestuarios, con un 0-7 de parcial, que ella misma cortó al contraataque, sacando dos tiros libres tras ir con decisión al aro. Es cierto que apenas anotó un lanzamiento desde el 4,60 (y en la final acabó con 1/3), pero, junto al estallido del Príncipe Felipe con la con el adiós de Vega Gimeno (aquí te explicamos lo que significó), fue la primera piedra para el título del cuadro maño.
Gran sociedad con Gatling
Sin ser un 10, ni tan siquiera un 9 en nada, Mariona siempre está de notable en todos los aspectos del juego. Por ejemplo, en la lectura de bloqueo directo, dónde siempre ha encontrado en esta Copa la sinergia en el roll con Markeish Gatling, con una continuación muy poderosa al aro, o las triangulaciones a las exteriores para lanzar de tres, o volver a buscar ese ese balón dentro con su referente en la zona.
El minutaje (30,2' de media en Copa, 26,2 en LFEndesa), explica a ciencia cierta la importancia que está teniendo Mariona este año en Zaragoza, refrendado con la llamada hace tan sólo una semanas de Miguel Méndez para la absoluta. Además, por supuesto, del tercer título copero de su carrera, quitándole el undécimo entorchado al equipo con el que conquistó las otras dos (Perfumerías Avenida).
Para el recuerdo, durante mucho tiempo en Zaragoza, seguro que estará el tapón, demostrando sus cualidades defensivas siendo una base tan alta (1,83, y 31 años), a Silvia Domínguez con 50-44 en el marcador a 3:49 del cierre. Una jugada determinante para la convicción final en el triunfo del nuevo campeón copero. Desde luego, Mariona ha firmado una Copa de la Reina que nunca olvidará. Pero es que su talento es dinero asegurado en el banco.
Foto: FEB
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