Primer partidazo de Cristina Ouviña con Valencia Basket, que sigue invicto: así ha sido su exhibición
25 puntos, 5 robos, 1 asistencias y 4/7 en triples junto a 5/6 en tiros libres para 23 de valoración. Estos han sido los números que ha firmado la zaragozana Cristina Ouviña en el choque que cerraba la cuarta jornada de la Liga Femenina Endesa. Su nuevo equipo esta temporada en su regreso a España, el Valencia Basket, sigue invicto (4 victorias en otros tantos partidos, tras vencer a Ciudad de la Laguna de Tenerife por 66-70) y mucho tiene que agradecer a seguir en esa privilegiada posición a la aparición de la internacional, que ha firmado uno de los mejores partidos de su carrera.
Eso y la aparición de Rebecca Allen en los últimos instantes (triple clave para el 60-66 y robó capital a menos de 20 segundos para el final) han liderado el triunfo taronja, que sirve para ganar en Tenerife por primera vez desde el ascenso del conjunto de Claudio García (el año pasado las valencianas perdieron en tierras insulares).
Y eso que en los primeros tres encuentros de LFEndesa (ante Lointek Gernika, Spar Gran Canaria y Casademont Zaragoza) los números de la propia Cristina Ouviña no habían sido demasiado estelares (4,8 puntos, 3 rebotes, y, eso sí, 4,5 asistencias hasta este choque, mejor pasadora de toda la competición).
Pero la dinamita ha llegado en su particular show del cuarto encuentro, que ha dejado en mínimos los guarismos de Asia Taylor por las locales (21 puntos). Clarinos pierde de esta manera la imbatibilidad antes de medirse entre semana a Casademont Zaragoza, mientras que Valencia queda con 4-0, igualado con Perfumerías Avenida y Spar Girona en lo alto de la tabla.
Más cosas que quizás no sabes de ella
– El bache deportivo más complicado la llegó de joven. Siendo aún júnior, Cristina Ouviña ya había debutado en la Liga Femenina en su tierra. Corría la temporada 2006-2007 y empezaba a despuntar, pero todo se torció de repente. Jugando el Campeonato de España de su categoría con Stadium Casablanca, la base se rompió los ligamentos cruzados y el menisco de su rodilla derecha. Una grave lesión que sin embargo no le impidió volver al año siguiente habiendo superado ese duro percance y disputar incluso el Europeo Sub-18 con España, una cita que se había perdido justo un año antes por ese complicado momento.– La mejor base de la primera medalla Mundial de una selección femenina. Antes de que en 2010 comenzara el primero de los tres podios consecutivos en Copas del Mundo que lleva la selección absoluta, España ya había conseguido una medalla mundial. Fue en la cita de Tailandia de 2009 con el combinado Sub-19. Ese conjunto, que tenía a Marta Xargay en sus filas, también contaba con Cristina Ouviña. Y lo hacía con un extraordinario rendimiento.
No en vano, la de Zaragoza fue elegida en el cinco ideal del torneo, como la mejor playmaker del campeonato, promediando 9 puntos, 2,6 rebotes y 2,1 asistencias en 23,4 minutos. Su equipo llegó a la final, en la que cayó con Estados Unidos por 87-71. Eso ocurrió un 2 de agosto. Pero es que poco antes (el día 19 de julio) ya se había colgado una medalla de plata continental jugando con una generación mayor. Fue en el Europeo Sub-20 de Gdynia (Polonia), perdiendo ante Francia la cita por el oro (52-74) pero teniendo España en Ouviña a su mejor jugadora en la final con 17 puntos.
– Por primera vez en España desde 2012. La temporada 2008-2009 fue la última de Cristina Ouviña
en nuestro país. Ese curso, jugando con María Pina o Queralt Casas, con las que ahora volverá a compartir vestuario, se salió promediando 8,4 puntos, 5,1 rebotes 3 asistencias, 2 robos y 11,4 de valoración en Casablanca jugando en la Liga Femenina Endesa.
Un espectacular brillo que le abrió las puertas del Wisla de Cracovia polaco, en el que estuvo cuatro años (de 2012 a 2016). El Nadezhda ruso (2016-2017), el Tango Bourges Basket francés (de 2017 a 2019) y esta última temporada en el Praga han sido sus equipos antes de regresar a nuestro país. Lo ha hecho jugando siempre la Euroliga y ganando dos ligas (una en Polonia y otra en Francia) además de una Copa en el país galo.
– El elefante. Detrás de todo gran jugador hay siempre una manía o ritual que le acompaña. Y el de Ouviña es un elefante. Ella misma lo revela, citando a una compañera en su segundo curso en el Wisla a la que la encantaban dichos animales. Pues bien, al terminar esa campaña, a Ouviña esta compañera la regaló un colgante de este majestuoso ser vivo y la contó, en una nota, la suerte que dan los elefantes con la trompa hacia arriba. Desde que lo lleva no parece, ni mucho menos, que le haya ido mal. Veremos qué fortuna le trae en su nueva etapa en el Valencia Basket.
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