¿Te acuerdas de Eva Montesdeoca? Internacional, tres lustros en la élite y una carrera que rozó la WNBA
Los más románticos del lugar no olvidarán para nada el nombre de Eva Montesdeoca López. La mítica pívot nacional de Las Palmas de Gran Canaria, que el próximo año cumplirá 40 años, y que se retiró hace apenas un lustro con tres de sus últimos cuatro años jugados en LF2 en Madrid. Concretamente en Alcobendas. Pero el club de su vida fue el actual Spar Gran Canaria.
Con él debutó en la máxima categoría y pasó 15 años en la élite nacional una center que llegó a ser internacional absoluta, e incluso a estar cerca de debutar en la WNBA. Grandes méritos logrados gracias a un secreto: conocer cuál era su rol en el campo. "Si pude jugar tantos años en Primera División y llegar a la selección española es porque sabía lo que tenía que hacer. Yo estaba para defender, para rebotear y para poner bloqueos. Y si podía anotar cerca del aro, mejor... pero siempre tuve claro cuál era mi función", relata en declaraciones recogidas por ElDiario.es.
Una jugadora que tardó en empezar a jugar (de pequeña no jugaba al deporte de la pelotita naranja) pero que acabó cayendo en las mágicas 'garras', como otras muchas jugadoras de élite en estas décadas, de Domingo Díaz y Begoña Santana en la cantera canaria. Su 1,94 estuvo presente, de hecho, en los entrenamientos del mítico equipo (era por aquel entonces junior) que ganó la Copa de la Reina y la Liliana Ronchetti en la 98-99. “Fue una época de entrenar mucho, primero con el júnior y luego con las mayores; y también de aprender mucho... y de disfrutar. Y eso que no me gustaba ver baloncesto, sino entrenar y jugar”.
- Detalles que llaman la atención sobre Aina Ayuso, convocada por la absoluta nacional por primera vez
En ese equipo estaba Montesdeoca tras apenas un par de años jugando al basket, en el que empezó con 14 primaveras. Y la forma de descubrir dicho deporte fue curiosa. “Yo jugaba al balonmano en el colegio público Santidad. Pero tenía una sobrina que se llama Jessica que sí jugaba al baloncesto... y fui a un campamento con ella. Ahí vieron mi altura y empezó todo. En mi segundo día en el club ya conocí a Begoña [Santana] y dos semanas más tarde ya estaba disputando un Campeonato de Canarias en Tenerife”, relataba en dicha entrevista.
Fueron años en los que todo pasó muy rápido para una de las pívots más altas que ha dado el baloncesto femenino español. De hecho, al comienzo de siglo, ya estaba con la selección absoluta que en ese momento dirigía Vicente Rodríguez. Su momento más álgido con España, probablemente, fue el Eurobasket de 2005 en Turquía, en el que firmó 6,8 puntos y 6,9 rebotes de media (nunca fue estelar en promedios numéricos) en 22 minutos por encuentro. Eso sí, lo hizo sin lanzar ni triples (poco se prodigó en su carrera) ni tiros libres. Tenía una mecánica... peculiar.
Al Europeo de ese año llegó avalada por una gran campaña con el Granca (la 2004-2005) en la que fue fundamental rozando el doble-doble (8,8 puntos y 8,9 rebotes en 26 minutos de media) con un 60% de acierto y llevando a su equipo hasta los playoffs, en el que cayeron ante el ya desaparecido Ros Casares.
Finalizaría la década jugando en el Gran Canaria hasta que, tras la temporada 2011-2012, cambió de rumbo en su vida y se fue a Alcobendas a vivir, jugando varias temporadas en el equipo de Liga Femenina 2 de la ciudad. Allí ha pasado muchos años con dos hijos y ayudando de vez en cuando a entrenar en el conjunto del norte de Madrid. “De vez en cuando echo una mano en el Alcobendas y hace poco llevaron a la selección de Madrid a una niña entrenada por mí, de lo que me siento muy satisfecha”.
Para el recuerdo de la carrera de una jugadora con nombre en la historia del baloncesto femenino español, cuando rozó la WNBA. En las Seattle Storm que por entonces lideraba en el banquillo Anne Donovan (dos oros olímpicos como jugadora) y en la cancha Laurent Jackson, tenía la ficha cerca, a la espera de que una jugadora cayera lesionada. Pero ella siempre lo tuvo claro. “La gente me decía que podía jugar en la WNBA, pero yo siempre me vi más como una jugadora que necesitaba entrenar mucho, llegar una hora antes que las demás e irme una hora después”. Filosofía de vida. La genuina Eva Montesdeoca López.
Comentarios
Publicar un comentario