Apenas unos días después de su adiós al Kutxabank Araski, la internacional española Anna Cruz (1.74, 34 años) ya tiene nuevo destino. La catalana jugará en el Casademont Zaragoza lo que queda de este curso y la siguiente campaña, lo que define la confianza que ha depositado el conjunto de Carlos Iglesias en la llegada de la escolta de Barcelona.
Lo cierto es que las sensaciones no habían sido las mejores en estos primeros meses de retorno a la Liga Femenina Endesa en Kutxabank Araski (7 puntos en 21 minutos de juego), pero que Anna Cruz es una jugadora de un tamaño internacional es algo que no deja lugar a dudas. Por eso, y con el objetivo de seguir ampliando la rotación maña de un equipo algo justo a expensas del quinteto inicial, su incorporación parece tener los mimbres necesarios para ser un fichaje que les dé un impulso mayor a su actual situación en la tabla (12ª, 5 victorias en 15 partidos). ¿Las razones? Te damos tres para entenderlo.
Se amplía el roster del conjunto maño
Demasiados minutos en lo que llevamos de curso para las dos principales fuentes de anotación en la línea exterior en Zaragoza. Taylor Wurtz (13,3 puntos en 31 minutos) y Haley Gorecki (8,6 puntos en 26') son dos jugadoras con muchos puntos en las manos, pero Chantelle Handy y Aminata Sangaré (ambas pueden jugar también de 4), en plena adaptación a la competición y presas de su juventud, no tienen aún el punto de madurez necesaria para gozar de más minutos. En base a ello y con el puesto de 1 bien cubierto (Vanloo y Aina Ayuso, aunque también podría tener minutos en esa posición) la llegada de Cruz supone un impulso en un roster que, en muchos momentos, acumulaba un minutaje muy alto para 5 jugadoras (Vanloo, Gorecki, Wurtz, Nicholls, Gatling).
Una generadora de juego
Quizás es lo que más se está echando en falta en el Príncipe de Asturias en este inicio de curso. Vanloo tiene magia en sus manos para encontrar a sus compañeras, pero quizás se la pide mucho en sistemas rotos que tenga que generar, dar la asistencia constantemente (la mejor pasadora de la liga) y además que esté preparada para luego ser el motor principal del equipo detrás. Aunque tienen buen 1x1 en lo que a verticalidad se refiere, las americanas del Casademont (Gorecki & Wurtz) no tienen esa capacidad de atraer ayudas sobre el bote que va a tener Cruz, sobre todo tras salida de bloqueos indirectos y atacando en el directo, por lo que, sí tiene una buena toma de decisiones, va a aportar mucho delante. La jugadora más valorada de la liga, Markeisha Gatling, podría ponerse las botas con ella en el pick and roll.
Proyecto para recuperar ilusión
Si algo no tiene Casademont Zaragoza en este primer año en Liga Femenina Endesa parece ser prisa. Ha incorporado jugadoras jóvenes, que en mezcla con veteranas de primerísimo nivel como Nicholls y ahora Cruz (si se las puede denominar así) es un buen lugar, o al menos lo parece, para que la escolta recobre esa ilusión por el baloncesto que comentaba buscar encontrar en Vitoria. Ahora, todo también dependerá del estado de su rodilla, que en principio, tal y como destacó tras salir de Kutxabank Araski, está bastante bien y sólo le falta ritmo competitivo.
En su nuevo club, lo que parece, es que la acogen con los brazos abiertos: "Anna se incorpora a nuestro proyecto para ayudarnos en lo que queda de temporada y la próxima. Con su incorporación buscamos una jugadora que nos ayude en las dos posiciones, tanto de escolta como de base. Anna nos aportará experiencia, conocimiento del juego, de la Liga Femenina Endesa y presencia, algo que consideramos muy importante para esta campaña pero también para crecer y consolidar el proyecto de cara a la temporada que viene". ¿Será Zaragoza el lugar en el que recobre su estatus y vuelva quizás a soñar con títulos una de las pocas españolas que ha ganado la WNBA? Sólo el tiempo lo dirá.
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