¿Qué ha cambiado en Laia Flores? Repaso a su tremendo cambio de vuelta a España tras su paso por Italia
En su primera temporada como profesional en España (la 18/19) jugando en Mann Filter de Zaragoza, Laia Flores (24 años, 1,72 de altura) presentó estos guarismos de promedio.
5 puntos, 3,7 rebotes, 2,3 asistencias, 1,6 robos, 1,7 pérdidas, 1,8 faltas recibidas, 5,8 valoración, 29,2% en tiros de 2 y 19,1% en triples en casi 27 minutos por partido.
Y en los 30 partidos disputados este curso con Campus Promete, sus números han sido muy diferentes, sobre todo en anotación.
13,2 puntos
3,9 rebotes
2,5 asistencias
1,5 robos
1,8 pérdidas
4 faltas recibidas
14,4 valoración
49,8% tiros de 2
26,1% tiros de 3
33,4 minutos
Una base tremendamente cerebral y con un talento desbordante que este año se ha desatado en Logroño de cara al aro. El ejemplo, su partido más top, jugando en Girona (29 puntos y 40 de valoración). ¿Qué ha cambiado? Pues parece que el paso por Italia el pasado curso ha destapado una obviedad, pero que marca la diferencia: la confianza con la que juega la de Barcelona. Playmaker diferente, con gran lectura de juego, sobre todo del bloqueo directo, con capacidad para tirar sobre bote y gran presencia en el robo de balón (cercana a los dos este curso).
Lo ha hecho dentro de un equipo en el que tiene todo el timón de juego (tercera jugadora con más minutos de toda la competición, sólo por detrás de Koné y Taylor de Spar Gran Canaria), jugando casi 7 minutos más de los que registraba en su año en Zaragoza) y que ha peleado por la octava plaza hasta bien entrada la parte final del curso. Podríamos asegurar, casi sin equivocarnos, que estamos ante la mejor base nacional de la temporada junto con la internacional Cristina Ouviña.
A ese reto, el de ser llamada por la absoluta, no le quedaron muchas puertas que derribar en la buena de Laia Flores en la pasada convocatoria de Lucas Mondelo. Sonó (y mucho) para entrar dentro de las 18 elegidas, aunque finalmente la catalana tuvo que confirmarse con otra modalidad en la que rinde a gran nivel: el 3x3.
No obstante, no parece ni mucho menos descabellado pensar en Laia Flores enfundarse la casaca nacional en próximas fechas. Ha sido segunda en valoración entre las jugadoras nacidas en territorio español (sólo por detrás de Vega Gimeno) y lo ha hecho mostrando una mayor agresividad en la 20/21 con respecto a la 18/19, en la que venía de su periplo NCAA por Estados Unidos con la Universidad de South Florida.
Temperamento. Fuerza. Garra. Una fiereza jugando que se entiende por las líneas a la línea de personal (casi 4 este curso, apenas 1 en la 18/19, siempre por porcentajes cercano al 80%). César Aneas se ha sentido seguro con Flores en pista y diseña movimientos en los que no es para nada extraño acabar viendo a la directora de juego con balón en las manos en los últimos segundos de posesión o en instantes decisivos de partido.
Un activo muy importante César en el despegue de Laia Flores parece, como no puede ser de otra manera, su acierto de cara al aro. Pero claro, para acertar, tienes que atreverte a fallar. En su anterior experiencia LFEndesa, apenas tiró un triple por encuentro la formada en Mataró. Este año, ha anotado el triple (30 por 9) ha lanzado casi cuatro, anotando uno cada choque y cerca del 30% de acierto (no llegó al 20% en la 18/19). Su porcentaje de dos, por supuesto, también ha crecido (del 29,2% a estar por encima del 40%). Son registros, por supuesto que mejorables, pero sensiblemente mejores a tiempos pasados.
Un último apartado para entender el impulso definitivo que parece haber adquirido Laia Flores con apenas 24 años: el de los balones perdidos. No hay casi diferencias con respecto a la 18/19 (2 por 1,8) pero si que se entienden cuando se ve que juega más de siete minutos por choque que su etapa en Zaragoza. ¿Cómo se explica jugar más, pero perder el mismo número de balones con tanto uso ofensivo en su equipo? Seguridad. Convicción en una mismo. Y eso tiene Laia Flores. Palermo pudo haberla ayudado a cambiar. "Fue año muy importante. Me entregaron mucha responsabilidad y eso hizo que volviera a ser yo misma".
Si ella disfruta, el que la ve lo hace. Y lo ha conseguido en un Campus Promete que ha dado un paso adelante este curso.
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