Explicación al pizarrazo de Rubén Burgos y su staff para dar a Valencia Basket el primer título de su historia
Valencia Basket ya tiene su primer trono. El conjunto taronja ganó, en su segunda participación continental, la Eurocup que se resolvió en la burbuja húngara de Szekszard. Lo hizo con dos tiros libres que serán ya para siempre historia del cuadro valenciano, los de Raquel Carrera a tan sólo 1,1 segundos del final y con las de Rubén Burgos uno abajo ante el Reyer Venezia (81-80 para el 81-82 final).
Mucho se ha hablado de la frialdad para anotar esos dos lanzamientos de la interior gallega, futuro pero ya presente del baloncesto femenino español. Quién sabe cuál es el techo de la ex de Celta, con ese don que sólo tienen las elegidas para ser determinante. Pero ojo, que para que Raquel llegara al 4,60 y decidiera así el título, hubo que darle el balón y ponerla en ventaja en una situación complicada para el subcampeón de la Copa de la Reina.
Fue Rubén Burgos el que idea un pizarrazo ya histórico para Valencia Basket, soportando la presión de tener un título en juego con una ciudad detrás y eligiendo a una joven que no llegaba ni a la veintena de años por delante de contrastadísimas jugadoras tanto en el baloncesto nacional como en el europeo. Sin olvidar, por supuesto, la ayuda que tuvo a buen seguro del gran cerebro de Santi Pérez (antes, ayudante muchos años en Zaragoza con Víctor Lapeña) y la ascendente Laura Lago (entrenadora que ganó el año pasado la Minicopa), sus entrenadores ayudantes. ¿Cómo fue esa última jugada? Te la explicamos.
ASÍ GANÓ VALENCIA BASKET LA EUROCUP EN LA ÚLTIMA JUGADA
Esta jugada ya es historia del @valenciabasket, y también, del baloncesto español.
— Sergio Garcia-Muñoz Álvarez (@sergiogma11) April 12, 2021
1 segundo, 1 abajo... y cuando el balón más quema, todo salió a la perfección para el 🏆 de la @EuroCupWomen. @raquelcarrera_ hizo el resto, pero... ¿Qué pasó antes? pic.twitter.com/YBKR9mMNsU
La MVP Queralt Casas y su capacidad de pase, con mucha fuerza en la asistencia por encima de la cabeza, fue la elegida para sacar de banda. A pesar de su tremenda temporada y su ascendencia, Cristina Ouviña fue en esta jugada el cebo para atraer atención. Lo hizo desde una disposición casi en cuadrado con las dos interiores (la germana Marie Gulich y la propia Raquel Carrera) en el final del círculo que da entrada al tiro libre.
Con la clásica situación ideada por el técnico de los Boston Celtics, Brad Stevens, de fondo (intentar colgar el balón al lado contrario para salida de tirador) lo que pasaría con Ouviña era toda una incógnita. En ese ATO de Stevens, hubiera sido Ouviña la que hubiera recibido, pero en este caso fue al revés, con la maña saliendo hacia la esquina del lado del saque de Queralt.
Y en esta situación, hay que echar un ojo al contexto. Y claro, la otra integrante del quinteto era Bec Allen. Una metralleta con 16 puntos en el choque hasta ese momento (y un 53,2% de acierto en triples en la Eurocup) que hacía pensar que se iba a poner el balón en sus manos. Pero no fue así, y eso que la inercia de su carrera invitaba a pensar en un ascensor (salida tradicionalmente desde debajo del aro, pasando entre los dos postes, que se cierran en ese momento sobre ella) invitaba a pensar que buscarían un tiro ganador.
Fue sin embargo Allen la que le montó un ciego a Carrera en subida, aprovechando la posición cercana a la gallega de Natasha Howard, y la tardanza en el cambio de la máxima anotadora del partido, Yvonne Anderson (26 puntos) que dejó el camino libre para Raquel y sólo pudo hacer falta ante el alley-oop que a punto estaba de completar Carrera. El cazador cazado. La imagen de después, con Queralt y Ouviña felicitándose, dejaba entrever que el plan había salido a la perfección. El resto es historia, y la terminó de escribir Raquel Carrera... con mucho trabajo de ajedrez detrás.
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