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Alexandria «Allie» Quigley. A sus 35 años, podemos decir casi sin lugar a dudas que es la mejor tiradora de la historia de la WNBA. La leyenda de la prodigiosa mano de esta escolta estadounidense, nacida en Illinois, se sigue acrecentando tras ganar su tercer concurso de triples en el último All-Star de la WNBA disputado en Las Vegas con dos actuaciones portentosas.
Poco más que añadir viendo el concurso de la 14 de las Chicago Sky, que hizo enloquecer a todos los presentes (incluida a su mujer, Courtney Vandersloot, con la que juega en las Sky y una de las mejores bases de la competición) y que provocó el aplauso de sus rivales. Entre ellas, una Jonquel Jones que rozando los dos metros de altura demostró que no tiene límites con una actuación también sobresaliente, llegando hasta la final con 27 puntos en primera ronda y 24 en la cita por el título.
Pero no pudo evitar el threepeat de Quigley, primera mujer en lograrlo, y que tan sólo ha visto firmarlo en la NBA a Larry Bird y Craig Hodges a finales de los ochenta y comienzos de los noventa. Ambos no tenían muchas similitudes con la tiradora de Chicago, que en la recta final de su carrera está en mejor forma que nunca y es muy reconocida en la competición americana por su infalible muñeca.
Comparación directa con Jaycee Carroll
No en vano, viendo su forma de tirar, se nos ocurre un jugador masculino con el que establecer comparación: su compatriota Jaycee Carroll. Si bien la mecánica es algo diferente (el de Wyoming sube más arriba el brazo, mientras que Quigley arma desde un poco más arriba del cuello para subir el tiro) ambos tienen un nexo común muy importante para encontrar tanta efectividad: la armonía.
Y es que, conseguir que el tiro sea armónico es uno de los grandes secretos para repetir siempre el mismo lanzamiento, algo fundamental en los metedores. Es tremendo comprobar la velocidad de manos en ambos, y deteniéndonos en Quigley, como es capaz de bajar todo y rápidamente subirlo sin perder fluidez, usando muy bien las piernas y no necesitando un gesto final demasiado elocuente para encontrar seguridad.
Una forma de lanzar que la ha llevado a sumar hasta ahora por encima de los 1000 triples (en total 1094) en sus 301 partidos disputados en la WNBA a lo largo de más de una década. En total, 1,5 de media todos estos años, pero con un crecimiento exponencial, sobre todo entre 2017 y 2020, estando todos esos años entre los 2 y los 2,5 sumados de media por encuentro.
Una mecánica muy rápida
¿Cómo los consigue? Pues con un estilo de juego también similar al de Carroll, con mucha velocidad y colocación de pies saliendo de indirectos, abierta y armando con rapidez tras doblaje, y con muy buen uso del bote para equilibrarse. No hay mejor vídeo para entenderlo que este (Vía: Evin Gualberto).
Todo esto hace más fácil entender que tenga más de 9 lanzamientos de media en su carrera WNBA, y que más del 40% sean triples. Hablamos de la mejor sexto hombre en 2014 y 2015, y que, tras jugar poco las primeras siete temporadas (no superó los 10 minutos de media) ha crecido desde 2014 sin parar, promediando en todas las campañas más de 10 tantos de media y por encima de los 20 minutos por choque, salvo en 2016 (17' y 9,5p de promedio).
Todo esto se traduce en estar cinco temporadas en el top5 en porcentaje de la competición, y tener un brillante promedio de un 39,3% desde la larga distancia. Seattle Storm (drafteada en el número 22 en el año 2008), Phoenix Mercury, San Antonio Silver Stars, Indiana Fever, y sobre todo Chicago Sky (ya nueve cursos seguidos allí) han disfrutado en la WNBA del juego de esta excelsa tiradora, que también ha pasado por Europa. El Mersin BŞB, Fenerbahçe, Galatasaray y ahora Ekaterimburgo han disfrutado del juego de Allie Quigley, por méritos propios una auténtica amenaza desde la larga distancia.
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