11,6 puntos, 4,8 rebotes, con 1,3 asistencias, 1,7 robos, 2,3 faltas recibidas... y un brillante 39,1% desde el triple. No están nada mal los datos de Marta Gómez en sus primeros choques en LF2 desde hace un lustro, cuando ya empezaba a despuntar en el Segle XXI catalán, un proyecto que le sirvió como trampolín para marcharse a la NCAA.
Y ahora, tras vivir años que nunca olvidará en la Universidad de Wyoming, la alero cántabra (24 años, 1,84 de altura, que también puede jugar en el 4) es uno de los fichajes más estelares de un Picken Claret que llama la atención en la división de plata. De sufrir el año pasado (5 victorias en 21 partidos, posiciones de descenso cuando llegó el confinamiento) a estar 8-8 ahora mismo con una plantilla muy similar y el mando de un Carles Martínez que está haciendo jugar con mucha frescura a su equipo.
Un róster en la que está Marta Gómez, que nos cuenta en esta entrevista todo sobre ella. Inicios en su Cantabria natal, Segle, USA... y no deja de lado su primera (y complicada) experiencia profesional en Italia el año pasado, o cómo está siendo todo este curso con el coronavirus como uno de los principales enemigos. Su sueño (y empieza a llamar a la puerta de ella) la Liga Femenina Endesa. Marta Gómez. Mucha cordura dentro de un talento que dará que hablar.
Pregunta. ¿Qué tal estos primeros meses en Picken?
Marta Gómez. La verdad es que muy bien, tenía muchas ganas, primero de entrenar, y luego de jugar este año. La vuelta a casa, España, equipo nuevo... de momento nada ha defraudado. Es un equipo con todas muy unidas, nos llevamos todas muy bien y es todo muy fácil. Estoy muy contenta en Valencia.
P. Hace no muchos años Picken jugó una fase de ascenso a Liga 1... ¿son una piña?
M.G. Son jugadoras que llevan muchos años en el club. Se entienden en la pista, fuera... y eso se nota. Hay mucha conexión, estamos muy juntas, y eso al final se agradece mucho. Para mi y el resto de nuevas, llegas a un sitio donde ya está marcada una idea de trabajar, una forma de hacer las cosas, y la gente de alrededor lo único que hace es hacerte más fácil la adaptación al nuevo equipo.
P. Año duro el pasado en Picken, y ahora 6-7. Eso refuerza a una situación compleja, con todas las medidas que se están llevando. ¿Cómo las estáis llevando?
M.G. Hacemos la broma cada vez que acabamos un partido de "acaba esta semana, veremos que pasa la que viene". Es una situación llena de incógnitas, en la que no sabes si vas a jugar o no, si el otro equipo da alguien positivo o nosotras mismas. Muchos viajes, hay que desplazarse, cada equipo en una ciudad con unas medidas, un número de casos, restricciones... un poco loco todo. Pero nosotras no lo llevamos mal, cada semana esperando a que nos hagan los test para saber si jugamos o no, cada semana mentalizadas en eso, pero lo que no cambia es que tenemos que trabajar, y duro. Si nos dejamos llevar por la situación y las incógnitas, no nos irá bien. Intentamos olvidarnos un poco de lo que pasa fuera.
P. Tenéis la "suerte" de pasar test cada semana. ¿Se juega con más pánico cuando coges un balón o se olvida todo?
M.G. Yo personalmente no tengo miedo a jugar, incluso en los entrenos, se te olvida todo lo de fuera. Me aventuraría a decir que ninguna jugadora en el mundo una vez coge el balón está pensando "esta chica con la que me pegó en el partido me está pegando algo". A nivel mundial se está viviendo una situación muy extraordinaria y tener esos ratitos en los que solo piensas en basket ayuda bastante. Es una forma de aislarnos de la situación en vez de preocuparnos por ello.
P. ¿Qué esperas de la temporada con Picken Claret?
M.G. Pasarlo bien. El año pasado el tiempo que estuve en Italia no fue de los mejores años que he tenido, así que hablé de eso con Carles. Quería coger sensaciones, encontrarme bien como jugadora, ser una pieza importante en un equipo, y mis objetivos este año son esos. Volver a sentirme jugadora en un equipo, y el grupo en general un poco lo mismo. Llevamos mucho tiempo sin competir, y volver todas en general a sentirnos jugadoras, coger las sensaciones y hacerlo todo lo bien que se pueda. Igual un objetivo no podemos decir "queremos jugar la fase", pero queremos competir y hacerlo bien, y estamos trabajando para ello.
P. 23 años, 1,84 de altura, jugando entre el 3 y el 4. En formación, buenas temporada en Segle XXI. ¿Qué recuerdas de allí?
M.G. Fue una experiencia de vida brutal para mí. Sales de casa con 14 años, siendo una niña y acabas como una persona adulta, formada en el baloncesto, pero a nivel de experiencia vital fue una pasada. Como estaba montado el colegio, los entrenamientos, la vida en la residencia... como se preocupaban por nuestra formación, no solo deportiva, sino también académica. Y a nivel de personas, de esos años he sacado multitud de amistades de gente que todavía sigue en el basket y a la que te encuentras. Una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida y que tendré, viviendo en nuestra "burbuja". Salen recuerdos que marcan para siempre.
P. ¿Y de tus primeros años en su Cantabria natal?
M.G. Recuerdo aprender a pasármelo bien con el basket. Cuando empecé lo hice en el equipo del colegio con mis hermanos, que eran 3 años mas mayores que yo. Era benjamín y jugaba en una liga infantil de chicos. Cuando entré en una liga de mi género me empecé a dar cuenta de que el basket se me daba bien, y me di cuenta de que me gustaba este deporte y que era lo que quería hacer. Ahora lo pienso y digo "era malísima", pero aprendí mucho y gané grandes amistades allí. Por desgracia Cantabria no tiene unas ligas tan potentes como otras comunidades, y muchas de esas chicas al final tristemente no han podido llegar a nada. Yo he tenido la suerte de que sí. Gente que no te encuentras en el basket pero si en la vida diaria cuando vas a casa. Y es muy bonito recordar esa etapa alevín o infantil. Unos años únicos.
P. Una de las grandes referentes de tu comunidad autónoma, una tal Laura Nicholls...
M.G. En cuánto al juego creo que somos un poco distintas. Ella es un poco más pivot, más fuerte, la gusta más jugar al poste bajo, meterse ahí a pegarse, yo soy más de estar rondando la línea del 6,75. Eso sí, la historia es un poco parecida. Dos chicas que salen de una comunidad pequeña, que acaban en Segle XXI y partir de ahí la carrera va evolucionando.
Sigue siendo un referente por ser quién es y por venir de donde viene. De pequeña era aún más mito para mi, era la que tenía más cerca y la que empezaba a despegar en el mundo del basket. Ese círculo de referentes cuando creces se hace más grande, pero de pequeña se hablaba de Laura Nicholls en Cantabria y todas queríamos ser como ella. Además, la he conocido por primera vez este verano. Con algunas chicas que juegan allí en Nacional, en LF2, nos juntábamos a jugar partidillos algunos días, y un par de días o tres, se pasó por allí. Allí fue donde nos conocimos.
P. Universidad de Wyoming. 15,6 puntos por partido y 4,7 rebotes en tu último año allí. ¿Qué tal la experiencia allí?
M.G. Si el Siglo fue una experiencia top, USA no tiene límites donde ponerlo. Esa sí que fue la experiencia de mi vida. Nunca tendré algo similar, seguro. Ahora lo pienso y no me quería ir, me lo ofrecieron y me daba miedo. Mucho tiempo, muy lejos de casa, en un sitio donde no he estado nunca, pero si no llego a ir me hubiera arrepentido toda la vida.
P. Dos hitos tuyos en tus años NCAA. Mayor porcentaje de 3pts de toda la NCAA I (48,7%, 73-150) y la única jugadora en la NCAA I en promediar 50% en 2pts, 40% en 3pts, y 90% en tiros libres...
M.G. Conclusión: muchas horas trabajadas en el tiro. Desde bien pequeña, me gustaba tirar y se me daba bien. Y encima lo de pegarme no iba mucho conmigo, así que siempre andaba por ahí fuera. Cuando algo te gusta, meterle horas no te molesta. Coger un balón e irme a una pista a tirar lo he hecho multitud de veces y lo sigo haciendo. Me distraigo un poco de mi alrededor haciéndolo. En Estados Unidos lo hice mucho, con una entrenadora mítica de tiro de allí que me cogió como su pupila. Trabajamos mucho con la máquina que teníamos allí de tiro, solo había que ir al pabellón, coger unos cuantos balones y enchufarla. Es algo que desde pequeña se me daba bien, muchos entrenadores me lo han dicho, que eso es talento, pero también es trabajo, y mucho. Me he generado mucha confianza para tirar tirar y tirar y pensar que siempre va a ir dentro.
Hay cosas técnicas que ayudan, por eso a los niños las primeras cosas que se les enseña es a tirar, pero lo que aprendí con esta mujer es a usar bien la cabeza. Da igual como pongas la mano. Si tu tiras pensando que vas a fallar lo harás, y si tiras pensando que lo vas a meter, meterás. Es lo que pasa con los tiradores, fallas dos tres y dejas de tirar. Trabajamos sobre eso. Técnicamente lo puedes hacer de una manera u otra, ya que cada uno tira de una manera, pero si la cabeza no piensa lo que tiene que pensar, lo demás se borra.
P. Tras tu experiencia NCAA, Italia...
M.G. Si me llegas a llamar hace seis, siete meses, te hubiera dicho que prefería no hablar de ello, pero de todo se aprende. Fue un golpe de realidad. Venía de USA, donde todo era perfecto y maravilloso, y en Italia fue más la vida real. Basket de competición, no tuve la suerte de caer en un equipo donde las cosas se hicieran bien, con las compañeras no había tampoco gran relación, y se juntó todo para que saliese mal.
Eso es lo que he aprendido, que hay cosas en la vida que van a salir mal. La vida me dijo que no todo es color de rosa y sale como queremos. Estas cosas también pasan y tienes que estar preparada por si te vuelve a pasar. Una mala experiencia, lo pasé mal, pero he aprendido, y si se me vuelve a pasar seguro que sé llevarlo de otra manera, ya que me planteé muchas cosas en ese momento.
P. Y de tu vida, ¿Cuál es tu sueño y a que piensas dedicarte además del baloncesto?
M.G. Yo siempre he tenido muy claro que del basket no iba a vivir, sabía que una mujer, muy buena tienes que ser para vivir de ello. He estado muy centrada en mis estudios, en formarme, ya que el baloncesto no siempre me dará dinero. En Estados Unidos estudié Comunicación Audiovisual y Periodismo, y en un futuro sí que me gustaría dedicarme a lo que he estudiado, en algo relacionado con el deporte.
En un equipo de baloncesto, una empresa, o cualquier otro deporte. Seguir vinculada área producción audiovisual, edición de video, fotografía, pero también me gustan las entrevistas... sueño no tengo muchos ni muy claros, cada día van cambiando un poco, pero al final a lo que aspiro es a tener una vida y a dedicarme a algo que me llene y me haga feliz. Quiero ir a mi trabajo porque sea un hobbie y acabe haciendo lo que me gusta.
P. LFEndesa. ¿sueño real?
M.G. Si, siempre ha estado y siempre estará ahí. De momento, a vivir el año que tenemos ahora que no es poco con todas las incógnitas que hay, pero algún día me gustaría jugar en la máxima categoría del baloncesto español y es un sueño que muchas chicas tienen y está ahí, no se puede negar.
P. Por último, ¿Dónde quieres estar dentro de unos años si volvemos a hablar?
M.G. No sabría bien lo que decirte. Evidentemente, me gustaría decirte "te acuerdas el año que hablamos, jugamos la fase de ascenso a LF1". Todo salió bien, el coronavirus no dejó acabar la liga... pero me gustaría que me llamases y te dijese "me lo he pasado genial, he disfrutado muchísimo del baloncesto y me lo he pasado genial". Ser feliz en estos años, es lo que quiero siempre.
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