Sorpresa. Anna Cruz y Kutxabank Araski separan sus caminos. Lo hacen a pesar de que cuando se incorporó a Vitoria antes de empezar la campaña parecía que era una relación destinada a encajar. Las características tanto del club como de la internacional parecían las idóneas, pero no ha podido ser. Anna se marcha con 7,4 puntos de promedio en 13 partidos disputados con 22,4 minutos de promedio. ¿Qué ha pasado, y sobre todo, que va a pasar de aquí en adelante? Aquí puedes intentar descifrarlo.
Un rendimiento irregular
Es cierto que Kutxabank Araski arriesgaba con la incorporación de una jugadora que salía de una operación de menisco y que no competía desde el pasado mes de enero. Pero no se esperaba que Cruz no alcanzara un mínimo de forma. De hecho, el último partido contra Durán Maquinaria Ensino en Lugo (-6 de valoración y sin jugar en los minutos finales) lo resume perfectamente todo. Y eso que todo eran buenas noticias en su llegada. "Fue una iniciativa mía, de venir aquí a jugar en busca de lo que había perdido, la motivación. Disfrutar jugando, sentirme parte de algo, buscaba un club con el que compartiera día a día, manera de hacer valores... que no se me hiciera cuesta arriba".
El día a día del equipo no ayuda
Se pueden poner toda la balanza en el debe de Anna Cruz, pero lo cierto es que lo de Kutxabank Araski sorprende a propios y extraños. Apenas 4 triunfos en 13 partidos, sin ninguna opción de jugar la Copa de la Reina y perdiendo con mucha claridad ante Perfumerías Avenida (-37), no pudiendo tampoco con Movistar Estudiantes o Lointek Gernika en casa, IDK o Ciudad de la Laguna de Tenerife (-20) fuera... y con sensación de que falta algo por encajar. Made Urieta lo explicó hace poco. "Es tan complicado y tan simple como el acierto. Nos está condenando el no ver canasta con facilidad y como se está viendo está siendo determinante".
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Sólo es el tercer adiós antes de tiempo de una jugadora del conjunto vitoriano en LFEndesa
¿Por qué ha pasado?
Realmente es una incógnita, pero el bagaje de Cruz se remonta a dos últimas experiencias (Fenerbahçe con Víctor Lapeña y ahora en Kutxabank Araski con Urieta, dos de los últimos ayudantes de la absoluta) donde se ha marchado antes de tiempo. "He querido volver al baloncesto más puro, desviándome de la élite, que tiene muchas partes positivas, pero otras tantas negativas y si lo pones en una balanza todo lo que quieres es ser feliz, disfrutar, competir por supuesto, porque soy competitiva, ambiciosa y quiero ganar siempre", declaraba tras fichar por el conjunto vitoriano, algo que ahora parece que no ha llegado a suceder.
Araski necesita fichar
El conjunto vitoriano, viviendo una de las temporadas más complicadas de los últimos años, mirará al mercado al terminar la primera vuelta (le queda jugar la segunda parte del duelo ante Casademont Zaragoza el próximo miércoles, y después, jugar ante Campus Promete en casa). Lo hace, entre otras cosas, porque apenas cuenta con Laura Quevedo (en su mejor momento) como amenaza exterior, ya que Tania Pérez está de baja y aún se desconoce el tiempo que tardará en regresar a las canchas. Además, el rendimiento de otro fichaje estrella, la ex Valencia Basket Joy Brown (5,2 puntos en 21 minutos) tampoco ayuda, lo que hace aún más necesario pensar en fichar.
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